Todo aquel que haya tenido que habérselas con las Administraciones Públicas, para solicitar licencias, autorizaciones y permisos, estará de acuerdo conmigo que son misiones difíciles, dignas de una de las doce pruebas de Astérix. Tampoco se libró de ello Miguel de Cervantes, que tuvo que solicitar la concesión de licencia y privilegio de impresión del Quijote.
Las imágenes corresponden al expediente de la concesión de licencia y privilegio de impresión del Quijote, de Miguel de Cervantes, custodiado en el Archivo Histórico Nacional.
En la Sección de Consejos Suprimidos se conservan las solicitudes de licencias de impresión de numerosas obras, entre ellas podemos destacar las que se refieren al Siglo de Oro de la Literatura española.
En este expediente se conservan el memorial de Miguel de Cervantes, sin fecha, solicitando la licencia y privilegio de impresión del libro titulado “El Ingenioso Hidalgo de la Mancha” por 20 años.
Afortunadamente para las letras españolas, la solicitud fue atendida por Antonio de Herrera, insigne segoviano, cronista real, y considerado el historiador más dilatado de su época.
Como prolífico escritor, fue benévolo con su colega de profesión, y su informe fue favorable a la concesión de la licencia solicitada, alegando que «será para gusto y entretenimiento del pueblo y que no encuentra en la obra nada contra policía y buenas costumbres”.
Podemos afirmar, por tanto, que Antonio de Herrera fue la primera persona de la que hay constancia que leyó «El Quijote».
Tras el informe favorable del cronista real se le concede a Cervantes la licencia de impresión de la obra, aunque sólo por diez años. Lo que no dice la historia es por qué se le recortaron diez años de los veinte solicitados.
Fuentes:
http://www.mecd.gob.es/dms/mecd/cultura-mecd/areas-cultura/archivos/mc/archivos/ahn/portada/Licencia_Quijote/Licencia_Quijote.pdf?platform=hootsuite