Cuando decimos que un objeto está maldito, es porque creemos que trae mala suerte al portador del objeto. Desde la antigüedad y en numerosas culturas se han utilizado las maldiciones y los maleficios para proteger tesoros y tumbas, pero también para castigar a personas por cometer robos y sacrilegios.

Por si alguno tiene dudas, lo que os voy a contar es cierto aunque parezca entresacado de las leyendas artúricas.

En 1785, mientras araba sus campos cerca de Silchester, en Hampshire, Inglaterra, un agricultor encontró un anillo de oro, y se lo vendió al terrateniente de la localidad, Chaloner Chute, propietario de la mansión Vyne.

El anillo único, del Señor de los Anillos
El anillo único del Hobbit y el Señor de los Anillos

Pues bien, este anillo era más grande que los anillos normales y en su parte superior tenía una imagen grabada de la diosa Venus. Además, por su cara exterior presentaba una inscripción en latín que decía “SENICIANE VIVAS IIN DE”, una frase común a los cristianos de Roma, que significa “Que vivas en Dios, Seniciano”.

El anillo tenía uso de sello, pues tenía la palabra Venus inscrita de forma especular, de modo que cuando se apoyaba sobre el lacre templado, se podía leer correctamente el nombre de la diosa del amor.

Hasta aquí nada especial, aparte de la antigüedad y el interés en sí de la propia pieza, pues no había duda de que se trataba de una valiosa pieza de orfebrería romana.

La cosa comienza a ponerse interesante cuando en el siglo XIX descubren una placa de plomo en las excavaciones de un templo romano dedicado al dios Nodens. Este templo estaba situado en Lydney, en Gloucerershire, a 130 Km de The Vyne.

Pues bien, la placa de plomo era una tablilla de maldición o defixio, y tenía inscrito lo siguiente:

“DEVO NODENTI SILVIANVS ANILVM PERDEDIT DEMEDIAM PARTEM DONAVIT NODENTI INTER QVIBVS NOMEN SENICIANI NOLLIS PETMITTAS SANITATEM DONEC PERFERA VSQVE TEMPLVM DENTIS”
Que se traduce como “Al dios Nodens. Silviano ha perdido un anillo y donará la mitad [de su valor] a Nodens. A quienes se llamen Seniciano no permitas que gocen de buena salud mientras no devuelvan el anillo al templo de Nodens”.

Pero no fue hasta mucho tiempo más tarde que a alguien se le ocurrió sumar dos más dos. En el año 1929, el arqueólogo Sir Mortimer Wheeler estaba haciendo unas excavaciones arqueológicas en Lydney Park y se le ocurrió relacionar el anillo con el nombre de Seniciano con la maldición de la tablilla.

Lo que llegó a razonar este arqueólogo es que el anillo pertenecía a un romano britano llamado Silviano, probablemente en el siglo IV D.C., que ante el robo del anillo lanzó aquella tremenda maldición contra los que se llamaban Seniciano.

Pero lo extraordinario de esta historia es que para investigar al dios Nodens y la etimología de su nombre Wheeler pidió ayuda a J.R.R. Tolkien, que era profesor de anglosajón en la Universidad de Oxford.

El escritor J.R.R. Tolkien
El escritor J.R.R. Tolkien

No se ha podido averiguar si al dios celta de los perros y la caza le llegó el valor de la donación, o por el contrario, si la maldición alcanzó a Seniciano ni tampoco qué terrible enfermedad le pudo provocar, pero lo que sí que es cierto es que esta historia sirvió de inspiración a Tolkien para el anillo único del Hobbit, y del Señor de los Anillos, una de las piezas clave de la fantasía épica.

Por si tenéis curiosidad, el anillo Vyne o anillo de Silviano fue expuesto en el año 2013 en la biblioteca de la mansión Vyne que ahora es propiedad de la National Trust, en la exposición “La sala del anillo”, organizada por la Tolkien society.

Anillo de Silviano
Anillo de Silviano CC by 2.0